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Doña Teresa sorprende a Jesús a punto de acabar con la vida de Diego justo después de haberle delatado. Por primera vez vemos a Doña Teresa frágil, sintiéndose un simple instrumento de venganza. Jesús le confiesa que por ella ha llegado a dudar, a jugar con la idea de abandonar su obsesión con Diego. Ella le deja escapar antes de que Ayala llegue al Hotel. Cisneros la mira en silencio… Y la besa, por última vez, antes de marcharse sin decir nada. Doña Teresa, hundida, se deja caer, hecha un mar de lágrimas.